El nombre de Lucrecia
Una semana después y varias miradas de distancia.
Estaba afuera de la biblioteca llamando a Rogelio para avisarle que le llevaba el dummy cuando veo de reojo una figura conocida, se detiene con el señor de los lonches y su voz chillona y estentórea la delata: Lucrecia fuera de la biblioteca, disimuladamente me pongo a buscar algo que no encuentro en mi mochila, regresa y la intercepto con el pretexto que el buen Günter Grass me ha concedido.
Chichan – “Disculpa, saqué un libro de la biblioteca y tengo que regresarlo el lunes, pero hay puente y regresamos hasta el miércoles ¿no importa?
Lucrecia – “No, esta bien, pero si pasa algo damelo y yo te quito los reportes que tengas.”
Ch – “Entonces puedo llevármelo un mes y tu me haces el paro?”
L - “Si.”
Aquí es donde se me acaban las ideas y cruzamos despedidas, ya cuando estaba por regresar a la biblio, se toma algo que le colgaba del cuello y dice “ay no manches” y vuelve mirando hacia el suelo “¿ se te perdió algo? Me enseña que su memoria USB tiene un tapón que se cae a la menor provocación a lo que insinúo que si no la quiere yo puedo darle un buen hogar. De alguna extraña manera termino hablándole de los libros que encontré en la biblioteca y en especial de “Fábulas Pánicas” de Alejandro Jodorowski, de una manera un poco mas obvia, termino explicándole quien es Jodo y las cosas que ha hecho y la enloquecida trama y estética bizarra y barroca de sus películas mas logradas(?), y es aquí donde comienza la labor del poeta:
C – “Te pareces a alguien que conozco.”
(Mirada de estupor.)
C – “Si, ya recordé, te pareces a una chica que trabaja en la biblioteca, es delgada como tu y también le gusta vestirse de oscuro. Solo que ella tiene los ojos azules ¿ la conoces?”
(Sonrisa y encogimiento de hombros.)
C – “¿Cómo te llamas?”
L – “Luisa ¿y tu?”
Estaba afuera de la biblioteca llamando a Rogelio para avisarle que le llevaba el dummy cuando veo de reojo una figura conocida, se detiene con el señor de los lonches y su voz chillona y estentórea la delata: Lucrecia fuera de la biblioteca, disimuladamente me pongo a buscar algo que no encuentro en mi mochila, regresa y la intercepto con el pretexto que el buen Günter Grass me ha concedido.
Chichan – “Disculpa, saqué un libro de la biblioteca y tengo que regresarlo el lunes, pero hay puente y regresamos hasta el miércoles ¿no importa?
Lucrecia – “No, esta bien, pero si pasa algo damelo y yo te quito los reportes que tengas.”
Ch – “Entonces puedo llevármelo un mes y tu me haces el paro?”
L - “Si.”
Aquí es donde se me acaban las ideas y cruzamos despedidas, ya cuando estaba por regresar a la biblio, se toma algo que le colgaba del cuello y dice “ay no manches” y vuelve mirando hacia el suelo “¿ se te perdió algo? Me enseña que su memoria USB tiene un tapón que se cae a la menor provocación a lo que insinúo que si no la quiere yo puedo darle un buen hogar. De alguna extraña manera termino hablándole de los libros que encontré en la biblioteca y en especial de “Fábulas Pánicas” de Alejandro Jodorowski, de una manera un poco mas obvia, termino explicándole quien es Jodo y las cosas que ha hecho y la enloquecida trama y estética bizarra y barroca de sus películas mas logradas(?), y es aquí donde comienza la labor del poeta:
C – “Te pareces a alguien que conozco.”
(Mirada de estupor.)
C – “Si, ya recordé, te pareces a una chica que trabaja en la biblioteca, es delgada como tu y también le gusta vestirse de oscuro. Solo que ella tiene los ojos azules ¿ la conoces?”
(Sonrisa y encogimiento de hombros.)
C – “¿Cómo te llamas?”
L – “Luisa ¿y tu?”
