viernes, marzo 31, 2006 

No no no, no hay mas.

Así era, comíamos, reíamos, cenábamos.

Fuiste mi único vinculo con la cordura.

Todo se fue a la mierda, por lo de siempre, mi egoísmo, mi paranoia, mi ego.

Querías apoyo, te di presión.

Querías tiempo, te di presión.

Querías cariño y te lo di, pero se fue convirtiendo en elemento de chantaje.

Querías un amigo y te di un amante.

Siempre fuiste mas fuerte que yo y tu paciencia parecía inagotable, pero ni tu pudiste con semejante patán.

Hiciste la mejor elección.

Tu libertad.

domingo, marzo 26, 2006 

Señales INEQUIVOCAS de que ya andas pacheco:

Daniel - No se he visto conectada a Diana ¿tu si?

Chichan – El martes se conectó, pero solo por una fracción de segundo.

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Pau - ¿Vamos por heladito?

Ch - ¿Por cual ladito?

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Virgis – La duración del acto sexual del mexicano es de 12 minutos.

Ch – Que güeva, yo no invierto eso ni en masturbarme.

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(De camino a recoger a una chica, dirigiendome al conductor)

Ch - Güey ¿no hay pedo si no la saludo?

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Arturo - "No manches a ellos no les llegó la educacion."

Ch - "Nomas el pavimento."

lunes, marzo 20, 2006 

Un facilote, dando pretextos baratos.

 

El nombre de Lucrecia

Una semana después y varias miradas de distancia.

Estaba afuera de la biblioteca llamando a Rogelio para avisarle que le llevaba el dummy cuando veo de reojo una figura conocida, se detiene con el señor de los lonches y su voz chillona y estentórea la delata: Lucrecia fuera de la biblioteca, disimuladamente me pongo a buscar algo que no encuentro en mi mochila, regresa y la intercepto con el pretexto que el buen Günter Grass me ha concedido.

Chichan – “Disculpa, saqué un libro de la biblioteca y tengo que regresarlo el lunes, pero hay puente y regresamos hasta el miércoles ¿no importa?

Lucrecia – “No, esta bien, pero si pasa algo damelo y yo te quito los reportes que tengas.”

Ch – “Entonces puedo llevármelo un mes y tu me haces el paro?”

L - “Si.”

Aquí es donde se me acaban las ideas y cruzamos despedidas, ya cuando estaba por regresar a la biblio, se toma algo que le colgaba del cuello y dice “ay no manches” y vuelve mirando hacia el suelo “¿ se te perdió algo? Me enseña que su memoria USB tiene un tapón que se cae a la menor provocación a lo que insinúo que si no la quiere yo puedo darle un buen hogar. De alguna extraña manera termino hablándole de los libros que encontré en la biblioteca y en especial de “Fábulas Pánicas” de Alejandro Jodorowski, de una manera un poco mas obvia, termino explicándole quien es Jodo y las cosas que ha hecho y la enloquecida trama y estética bizarra y barroca de sus películas mas logradas(?), y es aquí donde comienza la labor del poeta:

C – “Te pareces a alguien que conozco.”

(Mirada de estupor.)

C – “Si, ya recordé, te pareces a una chica que trabaja en la biblioteca, es delgada como tu y también le gusta vestirse de oscuro. Solo que ella tiene los ojos azules ¿ la conoces?”

(Sonrisa y encogimiento de hombros.)

C – “¿Cómo te llamas?”

L – “Luisa ¿y tu?”

sábado, marzo 18, 2006 

Lucrecia no tiene nombre

Figura escuálida ataviada de oscuro, con tremenda voz chillona, difícil de ignorar en una biblioteca.

Nombre provisional: Lucrecia

En una escuela tecnológica como en la que habito durante las tardes, menudean las mujeres y asfixia la testosterona.

Supe de ella por su voz digamos, poco discreta, mientras se quejaba de no poder bajar no se que y alguien con una paciencia infinita le enseñaba como, estaba frente a mi. Sospechaba que estaba prestando su servicio como hacen muchos que casi terminan la carrera en turno a nivel tecnólogo (nivel perdido en algún punto a medias entre étnico, ingeniero y puberto esclavizado).

Llegado el momento estaba junto a un tipo en la ventanilla esperando él, que le regresaran su mochila y yo, que me la recogieran para poder entrar, ella estaba en la computadora con el viejecito chistoson viendo no se que datos sobre el préstamo de libros, “oye” lanza débilmente por lo que no lo pela, “¡oye!” lanzo con fuerza, lo cual hace que voltee directo hacia mi.

Se me clavan en las corneas un par de ojos azules, de esos desechables de a $150, quizás $250, eran buenos, se veían naturales y solo reconocibles para aquellos que los usamos por necesidad óptica mas que estética desde hace años.

Todo en cámara lenta: le recoge la ficha al vecino, le da su mochila, me recoge la mochila, me da la ficha, muy lentamente, le sigo el ritmo y la recojo muy lentamente mientras esbozo una lenta sonrisa, a lo que me responde con igual lentitud, sin soltar la ficha y a juzgar por la profundidad de la mirada, debe estarme ya hurgando el humor vítreo.

 

¿

¿Y donde quedó la brutalidad?

miércoles, marzo 08, 2006 

Por fin

Posteo ahora, mientras aun tengo conciencia porque estoy a punto de infartarme.

Confirmado, despues de un año de ardua y perpetua labor, estamos a punto de parir nuestro engendro editorial.

La cita es en el Auditorio Adalberto Navarro Sánchez del CUCSH el 5 de abril a las 19:00 hrs.

Vayan, se va a poner bueno.

sábado, marzo 04, 2006 

La Gorda Soberbia Por Excelencia

Martes en el trabajo, cambio de supervisora (de Guatemala a Guatepeor).

Gorda Soberbia Por Excelencia - “Hola”

Chichan – “Hola.”

GSPE – “¿Ya te dijeron que vas a estar conmigo?”

C – “No”

GSPE “Pues bueno desde mañana vas a estar conmigo, te sientas allá.”

C – “¿Junto al extintor?”

GSPE – “Si, mañana temprano por favor.”

C – “Bueno p...”

No había terminado la frase cuando se da la media vuelta y se va.

Estúpida.

Me dieron ganas de darle una pata de el culo.

Pero no.

Soy un caballero y los caballeros no pateamos puercos.

Y menos a traición.