La ultima etapa en que tuve televisión por cable fue cuando tenia 14 años, recuerdo que pasaba (como buen geek) horas enteras consagradas al dios del cinescopio con la total convicción de que sabia de música (por mtv), de cine (por cinecanal), pero sobre todo, de cómo se complace una mujer ( por aquellas míticas “noches de clímax” me parece que también de cinecanal).
Si bien ya tengo un par de días que lo instalaron, fue apenas hasta hace unas horas que tuve la oportunidad de sumergirme por completo abandono en esa quimérica hidra.
La 1ra dificultad que tuve fue obviamente, que no me sabia los canales, si bien sabia algunos de los que existen, desconocía su ubicación, así que lo que tuve que hacer por principio de cuentas fue hacer la lista de los alrededor de 60 canales que tenia a mi disposición, así que después de un buen rato de confusiones revisiones lo logre.
Enseguida, me dispuse a darle una repasada a la programación que se publica en el periódico, ahí fue la 2da dificultad, ya que la gran mayoría de los nombres de programas me son tan familiares como el linaje de la nobleza austriaca; aun así, logre captar unas cuantas cosas familiares que remarqué con pluma y me dispuse a perderme por el laberíntico tunelaje (y tonelaje) de la televisión de paga.
La 1er certeza obtenida fue de sentimientos encontrados, ya que al estar bajo el influjo de tal catarata de (en realidad) inútil basura informativa me percaté del escaso buen gusto que tenia por aquellas lejanas pubertas épocas,
Lo siguiente supongo que ya lo intuía, el zapping mas que un arte, es una compulsión.
Además del par de títulos que tenia previstos se me atravesaron otros que no pude rechazar, así que en alrededor de una hora supe que la principal diferencia entre las hermas Hilton es que Paris es una golfa, que si bien con Corazón Valiente Mel Gibson se embolsó 75 millones de billetes verdes, con La Pasión de Cristo recaudó mas de 115 veces esa cantidad, vi a un negro libidinoso ser bateado en Dismissed de Mtv, me aburrieron una par de bellezas freaks de Tele Hit, admiré a Lana de Smallville hablando en gabacho, me enteré de un par de pormenores de la CIA en Irak hace algunos años, lo mismo que el nuevo video de Molotov (tan de güeva como siempre) me cagué de risa con Mucha Lucha de Cartoon Network, me llego la nostalgia de años recientes con la genial Verónica en El closet de Verónica (que güey) y un capitulo empezado de Seinfeld.
Después de pasar por una muy amplia gama de sentimientos en un tiempo ridículamente corto, llegue a una gran conclusión: se pueden llegar a tener las edenicas horas sin parar de diversión, cultura, romance, adrenalina, expansión sensorial y auditiva, pero para ellos hay que ser una verdadera eminencia de la ratonera electrónica (me explico: un holgazán nato)