Graznidos cautivos
Producto de una serie de malentendidos, estuve tomando un medicamento para el dolor de encía derivado de la eterna aparición de la muela del día del juicio, la pastilla milagrosa resultó ser en realidad carbamazepina, potente psicotrópico destinado a bipolares y epilépticos, bandos en los que aun no estoy suscrito hasta donde tengo uso de razón.
Ta´ bien, no me quejo, total, solo fueron 24 horas. Ahora me explico porque me pasaba mareado de manera intermitente y alguna platica trivial se volvía de lo mas complicada a ratos. No me quejo porque yo me lo busque, me atrajo la historia de eran unas pastillas noqueadoras y que las consumía y regalaba una doña loca de 74 y budista, si, una budista junkie.
Felizmente no tuve daños irreversibles, al menos nada visible que es lo importante, ayer fui con Mozzy a una exposición de foto que por obvias razones no encontramos "eres un fraude Christian" chale, afortunadamente parece tener una paciencia infinita.
Una de las cosas chidas fue el efecto noqueador de las pugilisticas píldoras, al notar que junto con el dolor de encía desaparecía de pronto el insomnio, agradecí su intromisión en mi torrente sanguíneo, dormí casi 12 horas, y me costo un mendigo güevo levantarme, de habérmelo propuesto me habría seguido hasta pasado mañana.
Lo mas curioso fue el efecto que tuvo en mis sueños, como sabemos son incoherentes, llenos de simbolismos y hasta crípticos. Si bien estos no sobresalieron por verosímiles o cotidianos, si tuvieron referencias directas de la realidad, pareciera que el filtro de mi sucio subconsciente les pegó un arañón, y no el revolcón de rigor.
Pues bien, estaba yo con nuestro nuevo diseñador de la revista, Samplikas, y por alguna razón que desconozco (ya saben, uno siempre llega a los sueños ya empezados) atrapó un buen numero de patos. Un rato después de sopesar el botín le di cuenta de que unos tipos quería atraparlo por lo que nos pusimos en guardia y en marcha, pero dado que después de cierto punto el tenia que continuar solo, paramos para una pequeña charla:
Chichan - "güey, carga una pistola"
Samplikas - "¿pa´ que?
C - "¿por qué crees que atrapaste tanto pato?"
S - "no se"
C - "¡pues porque ellos no andaban armados!"
Ta´ bien, no me quejo, total, solo fueron 24 horas. Ahora me explico porque me pasaba mareado de manera intermitente y alguna platica trivial se volvía de lo mas complicada a ratos. No me quejo porque yo me lo busque, me atrajo la historia de eran unas pastillas noqueadoras y que las consumía y regalaba una doña loca de 74 y budista, si, una budista junkie.
Felizmente no tuve daños irreversibles, al menos nada visible que es lo importante, ayer fui con Mozzy a una exposición de foto que por obvias razones no encontramos "eres un fraude Christian" chale, afortunadamente parece tener una paciencia infinita.
Una de las cosas chidas fue el efecto noqueador de las pugilisticas píldoras, al notar que junto con el dolor de encía desaparecía de pronto el insomnio, agradecí su intromisión en mi torrente sanguíneo, dormí casi 12 horas, y me costo un mendigo güevo levantarme, de habérmelo propuesto me habría seguido hasta pasado mañana.
Lo mas curioso fue el efecto que tuvo en mis sueños, como sabemos son incoherentes, llenos de simbolismos y hasta crípticos. Si bien estos no sobresalieron por verosímiles o cotidianos, si tuvieron referencias directas de la realidad, pareciera que el filtro de mi sucio subconsciente les pegó un arañón, y no el revolcón de rigor.
Pues bien, estaba yo con nuestro nuevo diseñador de la revista, Samplikas, y por alguna razón que desconozco (ya saben, uno siempre llega a los sueños ya empezados) atrapó un buen numero de patos. Un rato después de sopesar el botín le di cuenta de que unos tipos quería atraparlo por lo que nos pusimos en guardia y en marcha, pero dado que después de cierto punto el tenia que continuar solo, paramos para una pequeña charla:
Chichan - "güey, carga una pistola"
Samplikas - "¿pa´ que?
C - "¿por qué crees que atrapaste tanto pato?"
S - "no se"
C - "¡pues porque ellos no andaban armados!"
