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viernes, enero 13, 2006 

Con el odómetro en 26 y con hambre de kilometraje

¿Ha usted cumplido años sin miedo alguno? ¿ sin sentir que se le acaba la arena a su relojito? ¿ha revisitado el acta de nacimiento sin que se le vengan a la mente palabrejas como “vejete”, “anacrónico” u “old fashioned”?

¿No?

Chale

¿Si?

¡Pues ya somos dos!

Me gusta cumplir años, siempre quiero mas y no voy a estar totalmente satisfecho mientras viva. No hago de los slogans filosofías, como aquella de “vive cada día como si fuera el ultimo” no vaya a ser que un día le atine.

Con esto me libro de antemano de molestos ancianos prematuro que te tachan de anciano cuando muchas veces no les llevo mas de 365 amaneceres de ventaja.

Estoy convencido que los años siempre nos traen cosas y quien no es capaz de atravesar la mayoría de edad sin comenzarse a ver adultísimo esta destinado a pasar ¾ partes de su vida añorando su juventud.

¿Qué mas da? Si bien dicen por ahí que permanecemos mas tiempo muertos que vivos, ahora en tiempos modernos que hay que considerar la idea de que bien podemos pasar mas tiempo siendo rucos que todo lo contrario, así que con una expectativa de vida que me concede tomar poco y no fumar me preparo para superar los 70 años agarrando malas mañas de una vez.

Cada años voy descubriendo todas las posibilidades que da la vida adulta contemporánea, como que sigas haciendo tu desmadre como vil puberto sin que se te tache de quedado (ajem).

Este año de viernes 13 no ha sido diferente a todos mis otros cumples de viernes 13, o sea un asco: hoy tuve un examen larguísimo y mañana me espera otro peor, así que en definitiva si acaso me echare unas solitarias chelas mañana por la noche, pero eso si, el próximo fin desquitare la tragedia en un magno festejo en La Puerta 22, allá nos vemos.